Plantar un árbol: es una aventura emocionante que puede implicar más de un aprendizaje. Esta actividad simbólica y práctica les permite ver el crecimiento resultante de sus esfuerzos, conectándolos de manera profunda con el ciclo de vida de la naturaleza.
Participar en limpiezas de parques o playas locales: otra manera ideal de contribuir por medio de la acción directa, que muestra a los niños cómo la basura y los desechos afectan al medioambiente y la vida silvestre.
Visitar parques naturales o reservas ecológicas: inmersos en la naturaleza, podrás enseñarle de manera más integral sobre el cuidado del medioambiente, apreciando en vivo y en directo la belleza de la flora y fauna, y comprendiendo juntos la importancia de proteger nuestro planeta.